El yacimiento de las Termas Romanas de Torreblanca forma parte del amplio patrimonio de Fuengirola, entre los que se encuentran también el Castillo Sohail, la Finca del Secretario o la Ciudad Romana de Suel.
Tras meses de trabajo de puesta en valor por parte del Ayuntamiento, que han estado condicionados a numerosos permisos, desde este pasado mes de julio ya se pueden visitar los restos arqueológicos que encierra este entorno histórico. Las visitas se realizan en horario de mañana, de viernes a domingo, de 9 a 12 horas, siendo gratuita la entrada.
El usuario tiene la posibilidad de realizar un recorrido, mediante pasarelas, por esta finca de 4.000 metros cuadrados de superficie, donde se muestran los hitos con paneles explicativos.
La acción de recuperación de este entorno histórico está compuesta por dos fases. La primera y más importante –ya culminada– que ha supuesto la adecuación de los accesos a este patrimonio; la disposición de pasarelas para contemplar los restos arqueológicos; la instalación de paneles informativos del yacimiento, con la historia y los distintos elementos que lo componen; así como la colocación de iluminación, aseos y demás elementos que refuerzan el embellecimiento del recinto.
El Consistorio y la Junta de Andalucía estudiarán ahora una segunda fase para reforzar los muros que conforman este Bien de Interés Cultural, que se suma a la red histórico-patrimonial de la ciudad.
Las Termas de Torreblanca son unos restos históricos catalogados Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía desde 2005. Los restos arqueológicos hallados en ellas datan del siglo I d.C. y revelan que las construcciones estuvieron en funcionamiento hasta el siglo IV d.C. A partir de entonces fueron reutilizadas para la fabricación de salazones y tintes, según las hipótesis que barajan los expertos. Posteriormente (siglos V y VI) el entorno se utilizó como necrópolis, situación que se repite en otros asentamientos del litoral. De hecho, en la finca se han encontrado una treintena de tumbas.
Desde hace años, el Ayuntamiento pugnaba por hacer públicos unos terrenos de alto valor histórico, puesto que se trataba de un entorno privado que, además, tenía prácticamente abandonado el solar.
Por ello, el Consistorio luchó para que esta parcela, pasase a ser de uso público, hito que se alcanzó en 2017.