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Día Europeo de las Personas con Discapacidad

Más de un millón de personas con discapacidad en España viven solas

Más de un millón de personas con discapacidad en España viven solas, lo que supone el 24,5% del total (4,3 millones), según el estudio ‘Las personas con discapacidad en España: actividad, empleo y calidad de vida’, publicado por Funcas.

Así, con motivo del Día Europeo de las Personas con Discapacidad, que se celebra cada 3 de diciembre, Funcas revela que del millón de personas con discapacidad que viven solas, 732.000 son mujeres y 327.000 hombres.

Según ha señalado, el estudio se basa en las últimas encuestas especializadas basadas en estándares y definiciones internacionales que se realizaron entre 2020 y 2023. Este refleja que si se toman como referencia los hogares, en algo más de uno de cada cinco hogares unipersonales (22,8%) vive una persona con discapacidad. «En total, en el 20,5% de los hogares españoles vive una persona con discapacidad», apunta.

Asimismo, muestra que la prevalencia de la discapacidad crece con la edad, pero de manera diferente para mujeres y hombres. Hasta los 44 años señala que es algo más elevada entre los hombres que entre las mujeres, para invertirse la relación a partir de los 45 años. A partir de los 70, la prevalencia entre las mujeres llega al 40,6%, mientras que entre los hombres se sitúa en el 28,4%, coincidiendo con la evidencia nacional e internacional.

Nivel de estudios

En cuanto a la educación, Funcas indica que «constituye uno de los medios más poderosos de integración social, no solo por su carácter crucial para el desempeño laboral, sino también porque el paso por el sistema educativo es un gran mecanismo de socialización». Además, añade que la proporción de personas con discapacidad que han completado estudios superiores (universitarios o profesionales superiores) ha crecido en los últimos 15 años, de un 7,2% a un 10,7%, tanto entre mujeres como entre hombres.

Igualmente, añade que el nivel de estudios más frecuente entre la población con discapacidad de 16 o más años es el de educación primaria incompleta entre las mujeres (29,2%) y el de educación primaria o equivalente entre los hombres (24,1%). Además, alerta de los «elevados» valores de analfabetismo, mayores entre las mujeres (8,3%) que entre los hombres (5,5%). Ambos son claramente superiores a los porcentajes de analfabetismo en la población total (1,6% en 2020).

En cuanto a la participación laboral y el empleo de las personas con discapacidad, el estudio constata que «el enorme déficit de participación laboral y la elevada tasa de desempleo son dos graves problemas que permanecen en el tiempo, síntomas de una pobre integración de las personas con discapacidad en el mercado de trabajo».

En este sentido, el estudio refleja que el número de personas con alguna discapacidad en edades laborales (16 a 64 años) se estima en 1,58 millones, es decir, un 37% de todas las personas con discapacidad. La tasa de actividad de estas personas se queda por debajo de la mitad de la correspondiente a la población en general, mientras que la tasa de empleo apenas supera un tercio. En cuanto a la tasa de paro, casi dobla la de la población total (30,2% frente a 15,6%).

El estudio también aborda las prestaciones económicas y los cuidados. Así, agrega que cuatro de cinco personas con discapacidad (19,6%) han recibido alguna prestación económica en el año anterior a la entrevista, porcentaje más bajo en el caso de las mujeres (17,2%) que en el de los hombres (23,2%). De todas las prestaciones monetarias que perciben, las más frecuentes son las pensiones contributivas por incapacidad seguidas de las prestaciones por dependencia.

Respecto a la prestación de cuidados, el estudio refleja que la mitad (50,3%) de las personas con discapacidad de seis o más años reciben cuidados o asistencia personal. Entre las personas con discapacidad que viven solas, la cuarta parte (25,5%) recibe cuidados, proporción que es mayor entre las mujeres (29,5%) que entre los hombres (19,5%). Estas personas con discapacidad que viven solas son cuidadas, sobre todo, por sus hijas o hijos (42,9% de los casos), siendo una empleada del hogar la segunda opción (22,2%). A continuación, otros familiares (16%) y profesionales sociosanitarios (15,2%). Entre los que no viven solos, reciben cuidados de un miembro del hogar un 39,8%, siendo este habitualmente la pareja (43,3%) o las hijas y/o los hijos (42,5%).

Situación de los cuidadores

Finalmente, Funcas advierte de la situación de los cuidadores principales de las personas con discapacidad que viven en hogares. En esta línea, explica que la mayoría realiza jornadas constantes de cuidados muy largas (más de ocho horas) y durante mucho tiempo (más de ocho años). Las personas que prestan tales cuidados declaran con frecuencia problemas de salud, que a menudo requieren incluso tratamiento médico.

Además, indica que los servicios sociales dirigidos específicamente a los cuidadores de las personas con discapacidad, que denuncia que son «muy escasos». «Estas personas deberían recibir más apoyo para que esos cuidados no supongan el deterioro de su propia salud o la aparición de problemas profesionales cuando los cuidadores tienen un empleo remunerado», subraya.

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