Los Mossos d’Esquadra han liberado a ocho víctimas de explotación sexual forzadas a ejercer la prostitución en dos locales de Barcelona, y han detenido a dos mujeres y un hombre de entre 35 y 60 años a quienes se les atribuye delitos de tráfico de seres humanos, pertenencia a grupo criminal y tráfico de drogas.
Las dos detenidas presuntamente captaban mujeres en países sudamericanos –principalmente Colombia, Honduras y Venezuela–, que se habían iniciado en páginas web de ‘streaming’ de contenido sexual y con falsas promesas las trasladaban hasta Barcelona, donde eran explotadas sexualmente y vivían en condiciones precarias, según informa la policía catalana este domingo en un comunicado.
Los prostíbulos se ubicaban en la zona del Poblenou de Barcelona, aunque la organización tenía la intención de expandirse en la zona alta de la capital catalana.
Ninguno de los detenidos tenía antecedentes; uno de ellos hacía de proxeneta, otra mujer gestionaba la actividad de los locales y una tercera hacía de transportista de las víctimas desde los países de origen hasta Cataluña.
El dispositivo de explotación del caso se llevó a cabo el pasado 5 de junio, donde se detuvieron a las dos principales investigadas y se practicaron 4 entradas y registros en los domicilios de los investigados y en los locales donde se ejercía la prostitución.
En dichas entradas se intervinieron más de 35.000 euros en metálico y pequeñas cantidades de diversas sustancias estupefacientes como cocaína, 2CB (o cocaína rosa), MDMA, pastillas o ‘popper’.
Los detenidos pasaron a disposición judicial el pasado 7 de junio en el juzgado de Instrucción número 6 de Barcelona.
Protección especial
La prueba preconstituida a instancia de la Fiscalía Especializada de TEH de Cataluña se llevó a cabo en noviembre, con la obtención de las declaraciones relevantes de dos mujeres víctimas del grupo criminal.
Las víctimas a día de hoy permanecen libres, protegidas y regularizadas administrativamente en el país dispuestas a colaborar con la justicia en cualquier diligencia que se necesite.
La condición de víctima de tráfico de seres humanos les dota de una protección especial, como los derechos de ayuda y asistencia a las víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual.