Lo del Juventud Torremolinos CF podría ser un buen guión de película, aunque estamos por asegurar que de ningún drama. Bien al contrario, sería una cinta de aventuras o una comedia romántica con final muy feliz.
El caso es que, como aquel título de 1978, “Heaven Can Wait” (“El cielo puede esperar”), dirigida Warren Beatty y Buck Henry, lo mejor aún tarda un poco más.
Al Juventud Torremolinos, efectivamente, tras su derrota el pasado fin de semana frente a su perseguidor más inmediato, el Real Jaén CF, le toca este próximo domingo poner la guinda a su pastel. La última y definitiva victoria para entonar el soñado “alirón” y celebrar el ascenso.
Y para que nada falte en este desenlace digno del mejor film de suspense, todo ocurrirá en “El Pozuelo”, a partir del mediodía, como si se tratase del escenario ideal para este esperado duelo al sol entre dos infalibles pistoleros que se tenían muchas ganas.
Pero, por la brillante trayectoria de toda la plantilla del Juventud; por los muchos méritos contraídos a lo largo de una dura temporada; por los aciertos de un “mister” al frente de un sólido equipo técnico, y por unos responsables de la gestión de la entidad que han sabido hacer las cosas más que bien, ciertamente hay que aguantar un poco, pero siempre en la convicción de que la incertidumbre va a dar paso a la conquista de ese ansiado Cielo que tanto se hace esperar.
La lógica tiene que imponerse. E incluso cabría decir que también la justicia, aunque sin menospreciar el trabajo de los rivales que todavía mantienen viva su ilusión de “destronar” al que ha venido siendo líder indiscutible de esta categoría.
Tiene que ser, la del domingo, seguro, la gran fiesta que todos se merecen, incluida una afición que ha compartido cada minuto de entusiasmo en este difícil camino al ascenso.
Queda ese último esfuerzo y la reafirmación de esa plena confianza que ha marcado el devenir de una tras otra jornada.
Ha sido una temporada intensa de trabajo bien hecho y, por lógica, todo va a salir bien.
Justo es reconocer también que el Real Jaén, con la alianza de la suerte en estos últimos compases ligueros, ha conseguido renovar su esperanza y, con el triunfo en su feudo, el estadio de “La Victoria”, mantener, como James Bond, el Agente 007, para matar, su licencia para seguir soñando, además de consolidar definitivamente su segundo puesto en la clasificación final y obtener pasaporte para disputa de la Corpa del Rey.
Pero, volviendo al principio, aunque “El Cielo puede esperar”, el Juventud de Torremolinos, en su conjunto, es consciente de que ya no cabe demasiada paciencia, sino mentalizarse al máximo de que, como ha venido haciendo todo el curso con extraordinaria aplicación, hay que hacer los deberes y consumar este domingo la matrícula de honor y el “cum laude” que va a ser como recibir el mismísimo “Oscar” de Hollywood.
Y en esta cita inminente en “El Pozuelo” no caben ni el drama ni la tragedia. Sólo podemos esperar la gloria y la alegría desbordante que se merece un ascenso ganado a pulso.
Debería ser, ojalá lo sea, como ese tierno y apasionado beso del héroe con su amada, que preludia el “The End”, a modo de símbolo de la maravillosa entrega de la afición a un Juventud Torremolinos CF que deberá ratificarnos que es el “Superman”, el gran héroe de nuestra historia.
Tiene que ser la apoteósis. Pero, por Dios, sin olvidarse de que aún queda el último esfuerzo, pese a que todos estemos convencidos de que, a la postre, “El Cielo puede esperar”, siquiera unas pocas horas más.