No cabe otra. El domingo, el Juventud Torremolinos CF está destinado a dar una gran alegría a la parroquia verdiblanca en “El Pozuelo”, porque, sí o sí, deberá proclamarse campeón de liga del Grupo IX de la Tercera RFEF del fútbol español, logrando con ello un ansiado ascenso para el que ha sido necesario mostrarse durante toda la temporada como un equipo sólido y siempre convencido de sus posibilidades.
Será un “alirón” y un ascenso, si todo sale como esperamos, más que merecido, y seguramente un buen momento para dar respuesta a tantos bulos que vienen colocando a la entidad torremolinense como un club sobrado de recursos y en el que todo se antoja fácil, cuando, ciertamente, el hecho de que el Juventud se haya conducido durante toda la temporada con un presupuesto bastante inferior al de al menos cuatro de sus adversarios en la categoría desmiente conclusiones apresuradas y, a la vez, merece el justo reconocimiento de una labor bien hecha por parte de un equipo directivo que ha sabido afrontar con sensatez e inteligencia en un nada fácil tránsito del amateurismo a una organización cuando menos semiprofesional.
Juan Carlos Valdivia, con sus colaboradores más inmediatos, ha conseguido ya crear una estructura moderna, cuyos aciertos son palpables no sólo en su equipo de mayor categoría, sino también en los conjuntos de las divisiones inferiores.
Este miércoles hubo conjura. Directivos, técnicos y jugadores compartieron “paella popular” en “El Pozuelo” y, sobre todo, ilusión y ganas enormes de dar el domingo la definitiva “campanada” frente al Málaga City FC. Será sí o sí.