El expresidente del Gobierno Felipe González considera que los diputados del PSOE en el Congreso no podrán defender en sus propias comunidades un acuerdo para establecer un concierto fiscal en Cataluña, que supone «romper la solidaridad» entre territorios y les lanza una advertencia: «Yo no lo votaría».
A su juicio, el acuerdo sellado por PSC y ERC es un «regalo» al independentismo en el momento en que son «más débiles», va en contra de las resoluciones del PSOE en el último Congreso Federal y en contra de lo que sostenía hace apenas dos semanas la ‘número dos’ del partido, la vicepresidenta María Jesús Montero, y además choca con la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas y para aplicarlo sería necesario cambiar el sistema y reformar la Constitución.
En ese contexto, y al ser interrogado sobre si los diputados socialistas deben votar en contra de este acuerdo en la Cámara Baja, González sostiene que él es leal a lo que el PSOE decidió en su congreso, en la Declaración de Granada de 2013 y en los sucesivos programas electorales, y señala que «cada uno tiene que asumir su propia responsabilidad».
«Yo no le digo a cada uno lo que tiene que hacer», ha declarado a Europa Press, aunque a continuación deja clara su posición: «Yo de ninguna manera votaría esa soberanía fiscal para los ingresos que se ofrece a Cataluña, no lo haría», asegura, porque «nunca podría ir a su territorio», ya sea Asturias, Andalucía, Extremadura o Castilla La Mancha «a explicarle a la gente que hemos roto la solidaridad, que es un mandato constitucional mediante el cual el que más tiene aporta más y el que menos tiene recibe más en compensación», explica.
González admite que hay que reformar el sistema de financiación autonómica, que lleva «muchos años arrastrando defectos», pero rechaza que se haga mediante un acuerdo entre dos partidos que acaba otorgando a Cataluña «soberanía fiscal en los ingresos», algo con lo que no contarán el resto de comunidades autónomas, pero «no en los gastos», derivados de la Seguridad Social o de la deuda pública.
«No se puede dar soberanía fiscal para los ingresos y compartir los gastos desequilibrados a su favor», sostiene.
Lo que le «tranquiliza» es la convicción de que no habrá ninguna comunidad autónoma que lo acepte en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) por el que tiene que pasar antes de aprobarse.
El expresidente, que estuvo al frente del Gobierno casi 14 años entre 1982 y 1996, insiste en que él mantiene la posición del partido, la fijada por escrito en distintos documentos y advierte a sus compañeros de filas de que «no se puede estar al albur de un interés inmediato» y «vulnerar» las propias normas de comportamiento.
«Por tanto el preacuerdo tal como lo conozco no cabe en la LOFCA, es contrario al propio congreso del partido, es diametralmente opuesto a lo que decía la propia vicepresidenta que se ocupa de este asunto sólo hace 15 días», y además «no es un pacto de federalización» como dijo el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sino que es «un pacto para darle al independentismo soberanía fiscal en los ingresos», subraya.
Cesiones
Y avisa además de que si se «sigue cediendo» a sus peticiones soberanistas «cuando más débiles están», la consecuencia será el desarme completo del Estado democrático de Derecho que garantiza la igualdad y la solidaridad entre las personas y las regiones.
En su opinión, «el derecho a la diferencia se hace sin diferencia de derechos», y aunque pueda haber diferencias entre territorios, como en cualquier sistema federal, ninguno puede tener más derechos, por ejemplo en educación o en sanidad. De hecho, sostiene que el compromiso del PSOE es de «federalización» en línea con el modelo alemán, que «en ningún momento plantea» que se pueda acabar con la integridad territorial del país.
En todo caso, el histórico lider del PSOE ha asegurado a Europa Press que se alegra de que pueda haber un gobierno en Cataluña presidido por Salvador Illa –«para mí es más sensato que todos los demás», apunta–, aunque advierte de que habrá también un «sotogobierno» de los independentistas.
Por último, ha afeado al independentismo que exijan su reconocimiento como nación pese a que ellos no están dispuestos a reconocer los artículos 1 y 2 de la Constitución, que fijan que la soberanía nacional reside en el pueblo español y garantiza la unidad de España.
En ese sentido, si quieren cambiar el sistema, subraya que no sirve con una modificación de la LOFCA, si no que debe cambiarse la Constitución: «Si quieren hacer de España un Estado confederal que lo hagan. Será el primer paso para que haya una disgregación territorial y para liquidar la solidaridad entre los españoles y esa igualdad de derechos», alerta.