El Ayuntamiento de Fuengirola ha iniciado la restauración de los murales que componen el Museo Abierto de la localidad, según ha dado a conocer el concejal de Cultura, Rodrigo Romero, que ha visitado los trabajos que ya se están llevando a cabo en el mural ‘Eriana’, del pintor sevillano Manuel Barbadillo, que se ubica en la fachada del edificio Milano, en la avenida Juan Gómez Juanito.
«Este proyecto se inició en el año 1982, han ido sufriendo un pequeño deterioro, sobre todo en sus estructuras de sujeción, porque los murales están perfectos en muchos casos», ha señalado Romero, al tiempo que ha indicado que «el año pasado hicimos un contrato para que se hiciese un estudio exhaustivo del estado de todos ellos por parte de Menia Restauración».
Así, ha continuado, «conocimos la sintomatología que presentaba cada uno y vimos que la primera intervención que teníamos que hacer era el mural de Barbadillo, para arreglar la estructura, sobre todo la inferior, usando materiales como el aluminio en vez del hierro y sobre todo una pequeña limpieza».
En este sentido, el edil ha señalado que «los trabajos se van a extender durante un mes. Después del de Barbadillo se trasladarán a la fachada del hotel Las Palmeras para actuar en el mural ‘Liberación’, obra de Julio Leparc».
Además, las labores de restauración también se llevarán a cabo en el mural ‘Módulo 483’, de Pedro Escalona, que se ubica en la plaza de la Constitución, así como los dos que se encuentran en la avenida Condes de San Isidro: ‘Pantallas’, de Alfonso Fraile, y ‘La noche y el día’, de Enrique Brickmann.
«El proyecto no va a quedar aquí. Después de realizar esta primera intervención, vamos a ver con más detalle cuáles pueden necesitar una restauración más a fondo, ver hasta qué punto se han ido deteriorando y cómo podemos recuperarlos», ha señalado Romero.
Ha incidido en que «estos murales son parte de la historia de Fuengirola, los tenemos muy integrados en nuestro día a día y eso nos ha permitido además conocer a autores como Brickmann o Barbadillo. Igual que ahora estamos intentando con el arte urbano en el barrio de El Boquetillo o en la zona de Renfe, que han quedado espectaculares, esas piezas hacen de la ciudad un lugar más amable y más cuidado».
«Cuando estás viendo arte en las calles eso repercute de muchas maneras en el bienestar ciudadano, porque no nos olvidemos que hay una sensación de seguridad, entre aquellos que nos visitan y los propios fuengiroleños, asociado al estado de mantenimiento de una ciudad. Parece que no, pero esas son las sensaciones que se llevan los turistas y vivimos de los turistas. Por eso cuidar nuestro ornato público es tan importante», ha destacado.