El decano del Colegio de Economistas de Málaga, Manuel Méndez, ha asegurado que «se puede definir lo que ocurre en la economía malagueña con una frase que ya hemos utilizado en barómetros anteriores, pero que es de total actualidad: Luces y sombras» y ha abogado por tener en cuenta el crecimiento del precio de la vivienda y las infraestructuras de transporte.
Méndez ha presentado este miércoles el Barómetro Económico de Málaga, correspondiente al segundo trimestre de 2024, junto al vicedecano del colegio, Antonio Pedraza; y el secretario y director del servicio de estudios económicos, Javier Font.
Así, el decano ha señalado que «en la parte de luces tenemos que Málaga sigue liderando a Andalucía y España en los índices económicos más importantes, en el PIB, las afiliaciones a la Seguridad Social o el turismo que sigue, como no puede ser de otra manera, el motor principal de nuestra economía», aludiendo también al aumento de población.
Al respecto, el barómetro apunta a que la cifra de crecimiento del PIB en Málaga es del 2,7%, frente a un 1,8% en Andalucía y un 2,2 en España, «lo que hace de nuestra provincia líder en la región», incidiendo en el aumento de sociedades mercantiles, con 2.115 frente a 5.360 en Andalucía, «hace que aglutinemos el 39% de sociedades creadas en nuestra región y el 7% de las creadas en España, certificando las cifras de liderazgo económico de nuestro entorno».
El informe también destaca que el turismo sigue siendo «pilar fundamental» de la economía malagueña y continúa con cifras «líderes en Málaga, con subidas interanuales del 6,16% en viajeros alojados en establecimientos hoteleros por encima de Andalucía (5,37%) y España (3,38%)».
LAS SOMBRAS
El decano ha indicado que «en la parte de sombras tenemos una inflación de un 3,4%, que es superior a la media española y que viene dado, fundamentalmente, por la tensión de precios en el sector servicios», apuntando que «hay temas a los que hay que prestar especial atención, porque nos pueden influir muy negativamente».
El barómetro señala que la inflación «se va reduciendo», aunque «no al ritmo deseado en nuestra provincia que presenta una importante resistencia a la baja, hecho que no ocurre en nuestro entorno», ya que Málaga presenta porcentajes por encima de la media andaluza y española, situándose en el 3,4%.
Respecto a la vivienda, «es algo que, además, no solamente es un tema económico, sino que es un tema ya social», ha indicado Méndez. Según el barómetro, «el precio de la vivienda libre sigue en crecimientos superiores a la media española, a la que dobla, y dos puntos por encima de la media andaluza, situándose en 2.327,40 euro/metro cuadrado».
Esto demuestra «la incapacidad de la oferta de satisfacer una demanda que presiona los precios al alza», precisa el informe, en el que se insta a «poner freno» a las subidas del precio de la vivienda «satisfaciendo a una demanda que presiona al alza, aunque esta no debe ser a costa de sectores como el turismo que como decimos, supone uno de los soportes más importantes de nuestra economía».
El documento apunta a un crecimiento en el número de hipotecas firmadas del 18,68% frente a un 10,82% en Andalucía y un 2,81% en España, aunque la cifra de compraventas de viviendas desciende un 1,55%, similar a la bajada en Andalucía y no tan acuciada en España, que desciende un 4,07%.
Asimismo, el decano ha aludido al tema de las infraestructuras de transporte en la zona metropolitana y a la sequía, con las desaladoras «que no terminan de arrancar y de concretarse y tenemos un horizonte para 2027-2028».
«Es verdad que, por parte de las administraciones públicas, se están haciendo esfuerzos para influir sobre estos temas y corregirlos, pero consideramos que no son suficientes. Es necesario redoblarlos», ha asegurado.
Así, ha manifestado que hay que poner especial énfasis en las infraestructuras de transporte «porque hoy por hoy solamente hay intenciones, no hay nada concreto».
«Con el aumento demográfico que tiene la provincia, que estamos ya en 1.778.000 habitantes, es necesario y fundamental, y vamos ya casi tarde, que se pueda mover esa población, distribuir no solamente en la capital, sino en los alrededores y, por tanto, en las infraestructura
