Cáritas Española acompañó en 2023 a 42.336 personas sin hogar, un 7,2% más que el año anterior, según la Memoria de actividades presentada el pasado mes de junio. Dos de cada diez son mujeres y la mitad, de nacionalidad española, según recuerda la labor social de la Iglesia católica, con motivo del Día de las Personas sin Hogar, que se celebrará el próximo 27 de octubre.
«De forma alarmante, Cáritas es testigo de cómo sigue en aumento la vulnerabilidad en muchas personas y familias que no pueden acceder a su derecho a una vivienda digna y adecuada. Por ello, es necesario y urgente seguir sensibilizándonos como sociedad y continuar interpelando a las administraciones públicas, garantes de los derechos humanos, y al resto de la sociedad acerca de la realidad que están viviendo estas personas», ha explicado la responsable del programa de personas sin hogar de Cáritas Española, María Santos.
Con motivo del Día de las Personas sin Hogar, la campaña –que este año lleva por lema ‘Caminemos juntos’–, ha contado con la participación de personas en situación de calle. «Han sido las personas sin hogar quienes, en primera persona, nos han trasmitido quiénes son, cuál es su historia y qué nos piden: como individuos, comunidades y sociedad en general», ha indicado Santos.
A lo largo de un año, una treintena de personas que participan en los programas de personas sin hogar de diversas Cáritas diocesanas han compartido su realidad vital y dificultades para dar forma a esta campaña, cuyo principal objetivo es la sensibilización social.
Según advierte Cáritas, la falta de un techo obliga a estas personas a afrontar a diario una serie de obstáculos que impiden su integración plena en la sociedad. Entre ellas destacan, la falta de intimidad, las dificultades de acceso a un trabajo decente y a una vivienda adecuada, las trabas para acceder a los trámites de la administración pública, como por ejemplo el empadronamiento, o los problemas de salud física y mental.
«La salud mental merece especial atención, ya que es tanto un factor de riesgo como una consecuencia del sinhogarismo. Las crisis personales y las situaciones estresantes suelen ser detonantes que llevan a la persona a perder su hogar», ha señalado Santos.
El 29,9% de las personas sin hogar declara además no tener ninguna fuente de ingresos. «Entender estas causas es esencial para desarrollar estrategias efectivas que aborden el sinhogarismo desde sus raíces, ofreciendo apoyo integral y soluciones sostenibles para quienes se encuentran en esta situación», ha añadido la responsable de la campaña.
Algunos de los testimonios recogidos por la campaña describen muy la situación que atraviesan las personas en situación de calle. «Yo entré a trabajar en un sitio, donde algunos sabían que yo estaba en la calle, y ya empezaron los chantajes. Estaba trabajando bien y de repente llegó el jefe: ‘¿Tú estás en la calle? Es que gente así aquí… Luego falta algo y ya no sabemos quién ha sido'», ha recordado.
Otra persona sin hogar cuenta las dificultades para ir al baño. «Una persona que está en la calle, no puede ir al baño. A ver los hombres, está mal dicho ¿no?, pero se pueden poner detrás de contenedor. Una mujer es muy diferente. Es que no hay lavabos públicos y es una necesidad básica ir al baño. Como no lleves encima 2 ó 3 euros para entrar en un bar y tienes un apretón a ver dónde lo haces», ha comentado.
Asimismo, expresan los riesgos de dormir a la intemperie. «Madre mía lo que he pasado en la calle. Sí, en un cajero durmiendo, vinieron dos (hombres), me pegaron un palizorro, cogiéndome de aquí, ahogándome, ahí me violaron entre los dos. Menos mal que pasó un muchacho y me salvó», ha relatado otra persona en situación de sinhogarismo.
También cuentan que son objeto de burlas por parte de adolescentes. «He llegado a salir de la tienda de campaña y haber unos chavalillos por ahí, de 10 y 12 años, y escucharlos decir: mira el pobre ese, no sé qué, y empezar a reírse», ha comentado una persona sin hogar.
En el contexto estatal y según recoge el INE (2022), hay 28.552 personas en situación de sin hogar, representando un aumento del 24,5% desde la última cifra publicada el año 2012. Si bien, Cáritas avisa de que este dato deja fuera muchas situaciones de exclusión residencial que contempla la clasificación ETHOS, así como a aquellas personas que no han estado atenidas por los recursos asistenciales o que viven en municipios inferiores a 20.000 habitantes.
«Se prevé que el volumen real del sinhogarismo sea mucho mayor. Desde esta realidad, también se creó la Estrategia Nacional contra el sinhogarismo a España (2023-30). Estrategia, que debe convertirse en ley de obligado cumplimiento si queremos dar pasos hacia adelante», ha apuntado Santos.