A veces hasta los triunfos se antojan amargos. Y otro tanto cabe respecto a los empates. Es más, eso fue lo ocurrido el sábado tras el partido que enfrentó Juventud Torremolinos y el CD Estepona.
Fue la cuarta jornada de Segunda RFEF y el escenario era el “Marbella Football Center “, en el primer lance de la temporada entre equipos costasoleños.
Ambos conjuntos acudían a la cita con los mismos puntos cifra de puntos (4) y, en el caso de los torremolinenses, llegaban al partido tras empatar a 0 la pasada semana ante un rival muy potente: el UCAM Murcia, que logró un punto en “El Pozuelo”.
Pero, tratando de explicar el titular de esta crónica, referid0 a un “amargo empate”, cabe detallar que durante la primera parte el claro dominio del juego correspondió al Juventud Torremolinos, hasta el punto de que lograba dos goles de ventaja en el marcador, con Camacho y Castillo como autores en la misma prolongación del tiempo reglamentario.
Fue entonces cuando Iban Ribeiro resultaba expulsado y el Juventud Torremolinos se veía obligado a afrontar la segunda parte con un futbolista menos en el terreno de juego.
Aún así, en la reanudación, persistió en dejar patente su superioridad, demostrada un poco más cuando Fran Gallego, asistido por Alejandro Camacho, anotaba el 0-3.
Ya casi en el minuto 90 todo apuntaba a que los tres puntos viajarían a Torremolinos, pese a que Mirapeix en el 92′, recortaba distancias.
Y luego, en la jugada siguiente, Rubén Mesa anotaba hacía lo propio y establecía el 2-3 en el marcador, para que, un solo minuto después, fuera Carrasco el que obrara el “milagro” de un empate en tiempo récord (3-3) que, siendo objetivamente un resultado nada desdeñable para los de Antonio Calderón, tal como había ocurrido, sumía en la decepción al equipo y los aficionados por este “amargo empate” que tuvo sabor a derrota.