Varios municipios valencianos siguen pidiendo medios para poder liberar el alcantarillado: «Nuestra casa ahora es el barro»

 

Tareas de limpieza de lodo en Picanya (Valencia)
Los municipios de la ‘zona cero’ de la DANA del 29 de octubre que arrasó parte de la provincia de Valencia reclaman más medios para trabajar en uno de los frentes clave en estos momentos, la extracción del lodo para salvar el sistema de alcantarillado. «Nuestra casa es ahora mismo el barro».

Así lo ha explicado, en declaraciones a Europa Press Televisión, el responsable de Comunicación del Ayuntamiento de Picanya, Roberto Amoraga, quien señala que, «evidentemente, salvar el alcantarillado es absolutamente clave y más cuando vuelven a anunciar lluvias».

Y es que un nuevo episodio de lluvias torrenciales que afecta desde ayer a la Comunitat Valenciana y también al área devastada por la DANA se percibe como un «nuevo revés».

«Aquí es un continuo de desgracia sobre desgracia. Tenemos un poco la sensación de que para el resto del mundo la vida sigue siendo perfectamente normal, mientras que para nosotros es haber perdido el pueblo, amigos, familiares, el sitio donde vivías, el modo de vida y, apenas a un kilómetro y medio el mundo vuelve a ser normal», ha subrayado Amoraga, quien ha subrayado que, para recuperar la máxima operatividad de la red de alcantarillado, son necesarias «máquinas potentes que sean capaces de liberarlo». «Picanya necesita medios de extracción de lodo, como los están necesitando todos los pueblos que han sido afectados por la mayor catástrofe natural de la historia de España sin ningún tipo de paliativos», ha recalcado.

El portavoz de la institución municipal ha señalado también que están muy agradecidos a «los voluntarios, a todos las fuerzas y cuerpos de seguridad que han llegado al pueblo y, sobre todo, al vecindario que está trabajando de manera extraordinaria, pero sí hubiéramos necesitado que las cosas se hubieran hecho algo más rápidas, que se hubieran hecho de una manera más ágil, que se hubieran dado un poquito más de facilidades», ha reconocido.

Otro «jarro de agua fría», según lo ha definido, es la restricción de movilidad que en veinte poblaciones del área afectada se ha decretado hasta las 18.00 horas de hoy jueves, a causa de la nueva alerta meteorológica, ya que «las personas que están trabajando en las máquinas, lógicamente, tienen que volver a sus casas y el problema es que nosotros no tenemos plan B». «Nuestra casa es ahora mismo el barro», ha lamentado.

Sobre la reconstrucción, Roberto Amoraga ha señalado que «todo es al mismo tiempo inmediato y a largo plazo». «Nosotros estamos trabajando a velocidad de sprint sabiendo que corremos una maratón. Es decir, volver al pueblo que nosotros teníamos nos va a costar muchos años. Por la edad que tengo, ya no volveré a verlo. Eso es así de triste, pero es una verdad», ha declarado.

«Lo que nos encontramos es que hay muchos restos de fango. A la hora de limpiar las calles, se echó todo lo que había fuera al alcantarillado y ahora mismo lo tenemos bastante colapsado. Hay muchos puntos que están muy llenos de lodo y es muy difícil de limpiar. Es muy denso y es muy laborioso», ha comentado, y ha añadido que hay varias empresas especializadas que han desplazado trabajadores a Valencia para estas labores, pero matiza que, «aún así da la impresión de que no es suficiente».

«Es una labor muy dura y lleva mucho tiempo. Así que los recursos son bastantes, pero aún así nos está costando mucho llegar a lo que queremos hacer y hacerlo de manera rápida», ha declarado por su parte Edu, que admite que «nunca, nunca» había visto algo así.

Respecto a lo que se puede esperar de este nuevo episodio de lluvias, apunta que van «justos con el tiempo para dejarlo todo correctamente, porque ha sido muy precipitado todo». Por tanto, «si volviera a llover con esa magnitud, atrasaríamos todo lo que estamos avanzando».

Y acaba: «Esto no es un trabajo que se solucione en días. Yo creo que con lo que tenemos aquí debajo, tenemos para meses, al menos».

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