El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trasladó ayer al candidato opositor venezolano Edmundo González que España trabaja “en favor de la democracia y el diálogo” en Venezuela, un día después de que el Congreso de los Diputados instara al Ejecutivo a reconocerle como presidente electo, eso sí, con el voto en contra del PSOE.
Sánchez recibió a González en el Palacio de la Moncloa, en un encuentro que el Gobierno no había incluido en la agenda oficial, cinco días después de que González aterrizara en Madrid en un avión de la Fuerza Aérea española tras abandonar por deseo propio Venezuela y con la intención de solicitar asilo.
“Doy una cálida bienvenida a nuestro país a Edmundo González, a quien acogemos mostrando el compromiso humanitario y la solidaridad de España con los venezolanos”, apuntó Sánchez en un mensaje en la red social X, que acompañó con unas imágenes en las que se les ve a ambos paseando por los jardines de Moncloa y conversando.
“España sigue trabajando en favor de la democracia, el diálogo y los derechos fundamentales del pueblo hermano de Venezuela”, dijo el presidente del Gobierno, que la víspera había defendido la necesidad de que la UE mantenga su “unidad” en cuanto a esta cuestión para tener capacidad de “mediación” y poder propiciar así una solución a la crisis venezolana.
El Gobierno ha asegurado que la llegada de González a España, quien estuvo unos días en la residencia del embajador español tras permanecer refugiado desde el 29 de junio en la Embajada de Países Bajos, no se ha negociado con Caracas y que no ha habido ninguna contrapartida.
En este sentido, tanto Sánchez como el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, han recalcado que la postura de España no ha cambiado y que pasa por exigir la publicación de todas las actas de las presidenciales del 28 de julio y no reconocer la “supuesta victoria” de Nicolás Maduro.
Por lo que se refiere al reconocimiento de González como presidente electo, como le reclamó el miércoles el Congreso a instancias del PP y con apoyo también de Vox, UPN y CC, el Gobierno se ha escudado en que la postura de los Veintisiete es no hacerlo por ahora y ha esgrimido que hay un “tiempo razonable” para lograr una salida dialogada antes del 10 de enero, fecha en la que deberá tomar posesión el ganador de las elecciones.